Hoy decidí darme gusto. Tantos días de lamentarme, sentirme vulnerable y llorar no eran justos.
Así que al mejor estilo Maja me comí la ensalada más rica de mundo, solita y sentada en un parque que me encanta y que está cerca a la oficina. Bonito eso: los arbolitos, el clima frío de la temporada, la gente que pasa... contemplación y disfrute, nada más. Luego de eso, un chocolate; caminé hasta el trabajo y ahora estoy aquí, escribiendo un poco antes de continuar la tarde laboral.
En la noche iré a espiar gente una vez más (motivo tesis, no me volví demente... no tanto).
¿Después? mmmm, podría ser ir a dormir, podría ser ir a inauguración de apartamento de colega... en fin; despacito despacito tomo los pedazos rotos de mi vida y me invento otra, algo desabrida por ahora, lo acepto... pero que le hacemos; esta es la actitud más sana que he adoptado en mucho tiempo.
El fin de semana me dedicaré a evacuar redacción de tesis y posíblemente el Señor Feudal y yo nos veamos para ver películas; estará bien la cara amigable y el coqueteo inocente de quienes hace tanto se conocen.
Y ya. Llegó mi jefe... me retiro.
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