Nunca me sentí del todo cómoda en ese sórdido circo, era realmente un festival de decadencia que soportaba (penosamente) sólo por ser el escenario de mi historia de sorpresas y espejos; y claro, por alguno que otro personaje que mereció un lugar respetable en mis afectos.
Ayer, después de algunos meses que han sido muy largos volví. El motivo era obligado, la llegada de un amigo de viaje, era imposible faltar.... Pero lo cierto es que me asqueó el panorama;
las mismas caras falsas, las miradas perdidas en noches y noches de alcohol y cuanta cosa se aparezca, sujetos sombríos esperando a encontrar presa... deprimente.
No pertenezco a la oscuridad -si bien tampoco a la claridad ascética-. Me muevo en la periferia, observadora ocasional participante, salpicada de energías... pero más allá del bien y del mal. Detesto los encasillamientos.
No comments:
Post a Comment