La enfermedad continúa. Noche delirante con oscuros espantos al acecho. Estado de Vigilia; sabor a sangre y pecho arrebatado y convulso.
Vi espejos carnales.
Vi el futuro agresor.
Vi espejos carnales.
Vi el futuro agresor.
Vi a mi verdugo bufón.
La fiebre es una diosa malévola que tengo corriendo por las venas; me agita los recuerdos y los mezcla a placer; el resultado es nefasto, me voy al inframundo.
Así que aquí estoy; trabajando con dificultad en mi oficina/barco a pique; intentando buscar una posición medianamente confortable en la fría silla que ocupo, procurando evitar el contacto visual (no soy muy agradable a la vista por ahora); medio atareada medio divagando - las neuronas no agilizan la labor-; sobreviviendo.
Y bueno, hay una adición a los hechos, conversaciones de tono glaciar que me agotan tanto o más que mis dolencias.
Finalizo entonces con la promesa de un escrito sobre la Soledad. El tema es algo trillado pero hace parte de mi terapia; y como últimamente sólo escribo aquí; aprovecharé.
La fiebre es una diosa malévola que tengo corriendo por las venas; me agita los recuerdos y los mezcla a placer; el resultado es nefasto, me voy al inframundo.
Así que aquí estoy; trabajando con dificultad en mi oficina/barco a pique; intentando buscar una posición medianamente confortable en la fría silla que ocupo, procurando evitar el contacto visual (no soy muy agradable a la vista por ahora); medio atareada medio divagando - las neuronas no agilizan la labor-; sobreviviendo.
Y bueno, hay una adición a los hechos, conversaciones de tono glaciar que me agotan tanto o más que mis dolencias.
Finalizo entonces con la promesa de un escrito sobre la Soledad. El tema es algo trillado pero hace parte de mi terapia; y como últimamente sólo escribo aquí; aprovecharé.
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