He ahí el lugar hasta donde vuela mi cabeza cuando más ganas tengo de huir. Casa paterna, ciudad cuna.
Mis nubes grises y mis pinos. El jardín de los buenos tiempos. Sentada de mañanita tomando un té acompañada del frío capitalino.Comiendo moras recién salidas de arbusto precario con crema de leche. Reunida con rostros familiares, protegida por la mirada desprevenida de mi perro...ay, que lejos todo eso ahora! Que ausencia de hogar...
En fin, fortaleza y valor; que en este desierto florido sigo creciendo.
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