Monday, April 09, 2007

Las cometas

La tinta se diluía en el vaso y cambiaba de negra a azul, de líquido a goma, de imprecisa a bovina.
Me desperté amedrentada pensando en lo poco conveniente que me resulta ser supersticiosa. Fui a la cocina a tomarme un té y a tragarme entero el presagio.
Y no, no creo que tenga que ver con la información que me recibió la mañana. Es algo peor, más frontal; pero de algún modo voy a capotearlo. De hecho voy a comenzar aquí mismo con el cambio de párrafo.

Le sienta la iluminación de bar al Señor de las cometas, me gusta su charla sin pretensiones, me gustan sus bucles y me gusta que me diga querida. Excelente que aun no me bese, que se siente armado únicamente de su sonrisa a contarme nimiedades y a escuchar mi burla sobre los ajedrecistas. Estuve algo torpe, he perdido la práctica con lo de la interacción. Hablé mucho, ambos nos reímos, a veces me intimidé.
Darle tiempo al tiempo entonces, yo no me muevo, son los días los que van caminando.

2 comments:

Anonymous said...

If it makes you happy...

María Auza said...

... por ahora!!!