La casualidad no existe. Siempre lo he pensado. La historia a continuación ilustrará lo que digo.
Esta mañana, como pasajera del tedioso transporte urbano, mi cabecita comenzó a divagar; a recordar aquellas épocas de desenfado y puerilidad en las que no debía preocuparme por terminar la práctica, hacer dos tesis y graduarme para entrar en el pantanoso terreno de la adultez -convertida en toda una profesional!!!-.
Y entre esa sopa de reminiscencias vino hasta a mí el amigable rostro de un muchachito de 17 años que llenaba mis días colegiales con carcajadas y comentarios fuera de contexto:-Mi Bufón favorito- Este sujeto fue importante en la etapa que menciono; y si bien la última vez que nos vimos no me porté de la mejor manera; lo cierto es que nunca lo alejé de mi memoria, incluso hasta el punto de soñar repetidamente con él; o rememorar alegremente los besos a la salida de clase.
Cinco o seis años han pasado desde entonces, y creo que ya lo había puesto en mi lista de personajes perdidos en las borrascas del tiempo.
Más hoy recibí una adorable sorpresa cuando al abrir mi msn un desconocido me había agregado a sus contactos. Su identificación no me decía nada, tenía las posibilidades en ceros.
Revisé entonces mi correo electrónico; y en la carpeta de mensajes no deseados estaba la explicación a la misteriosa aparición.
Era nada más y nada menos que el protagonista de mis ensoñaciones matutinas: -mi Bufón había vuelto-.
Su misiva fue breve e incluso tímida. Llevaba años buscándome, preguntando por mí a antiguos compañeros de colegio sin resultado alguno.
En este momento vive en USA, y por casualidad ingresó mi nombre en un buscador -el de verdad, que por cierto jamás ha figurado en estas letras-. Y allí estaba yo, en una página que publiqué hace siglos con mis dibujos.
Esta mañana, como pasajera del tedioso transporte urbano, mi cabecita comenzó a divagar; a recordar aquellas épocas de desenfado y puerilidad en las que no debía preocuparme por terminar la práctica, hacer dos tesis y graduarme para entrar en el pantanoso terreno de la adultez -convertida en toda una profesional!!!-.
Y entre esa sopa de reminiscencias vino hasta a mí el amigable rostro de un muchachito de 17 años que llenaba mis días colegiales con carcajadas y comentarios fuera de contexto:-Mi Bufón favorito- Este sujeto fue importante en la etapa que menciono; y si bien la última vez que nos vimos no me porté de la mejor manera; lo cierto es que nunca lo alejé de mi memoria, incluso hasta el punto de soñar repetidamente con él; o rememorar alegremente los besos a la salida de clase.
Cinco o seis años han pasado desde entonces, y creo que ya lo había puesto en mi lista de personajes perdidos en las borrascas del tiempo.
Más hoy recibí una adorable sorpresa cuando al abrir mi msn un desconocido me había agregado a sus contactos. Su identificación no me decía nada, tenía las posibilidades en ceros.
Revisé entonces mi correo electrónico; y en la carpeta de mensajes no deseados estaba la explicación a la misteriosa aparición.
Era nada más y nada menos que el protagonista de mis ensoñaciones matutinas: -mi Bufón había vuelto-.
Su misiva fue breve e incluso tímida. Llevaba años buscándome, preguntando por mí a antiguos compañeros de colegio sin resultado alguno.
En este momento vive en USA, y por casualidad ingresó mi nombre en un buscador -el de verdad, que por cierto jamás ha figurado en estas letras-. Y allí estaba yo, en una página que publiqué hace siglos con mis dibujos.
Me escribió en seguida. Aunque recordaba perfectamente mis trazos, vaciló un poco por la posibilidad obvia de estar comunicándose con una extraña…pero igual lo hizo.
El paso a seguir por esta servidora, fue por supuesto el responderle; y resumirle en unas cuantas líneas que había sido de la niña a la que llamaba a la madrugada a molestar.
Esa es la historia protagonista del día, cae la tarde en esta ciudad que tanto llanto de mí ha recibido. Pienso en los últimos acontecimientos, en como se han venido desprendiendo las capas de piel que han muerto en manos de enemigos; en este parto que ha sido retomarme; reencontrarme como persona. Que curioso toparme con fantasmas de la ciudad cuna...
El paso a seguir por esta servidora, fue por supuesto el responderle; y resumirle en unas cuantas líneas que había sido de la niña a la que llamaba a la madrugada a molestar.
Esa es la historia protagonista del día, cae la tarde en esta ciudad que tanto llanto de mí ha recibido. Pienso en los últimos acontecimientos, en como se han venido desprendiendo las capas de piel que han muerto en manos de enemigos; en este parto que ha sido retomarme; reencontrarme como persona. Que curioso toparme con fantasmas de la ciudad cuna...
Mi energía está cambiando, y creo que es esto lo que está comenzando a traer sonrisas nuevas sonrisas de viejos testigos.
El destino está camina de nuevo a mi lado.
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