Después de los últimos sucesos; que en realidad son más graves de lo alcancé a decir en el último post, pero que no pienso comentar para no hacerme más daño; me siento de alguna manera liberada.
Y es que no hay nada más catártico que llegar al fondo, al punto más bajo e indigno de uno mismo. Allí donde no hay más que verse cubierto en fango y podredumbre.
Heme aquí entonces, ya sin nada que perder, en punto muerto y a la espera de otro por comenzar. Fragmentada en miles de partes, pero vidente al fin.
Sé que se vienen días y meses áridos; tendré que capotear a la tristeza con toda la rudeza posible, pero al fin saldré, ya lo sé. Esta vez tengo esa firme determinación.
Por lo pronto mis ojos seguirán apagados, más no inundados.
Me despido con el juramento de no regresar a estos miserables parajes, atrás quedará para siempre esta bochornosa temporada.
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