Los besos fueron cardamomo -pero las miradas aceitunas-.
El pasado azoró lomos -pero la ginebra sonrió-.
Los aguaceros embistieron árboles,
mi falda se fue volando,
los zapatos se untaron de ceniza
y las calles -implacables testigos- lanzaron su dictamen.
El pasado azoró lomos -pero la ginebra sonrió-.
Los aguaceros embistieron árboles,
mi falda se fue volando,
los zapatos se untaron de ceniza
y las calles -implacables testigos- lanzaron su dictamen.
2 comments:
Hermoso. Delicado. Supongo que usted ha de dejar que el aire le entre y que la sal deje su legado plumbeo en el interior que usted habita. Un hermoso poema. Quizá decir poema sea poco.
Un abrazo maja.
Su amigo.
Mi amigo del sur, esta noche recibirá mis letras, besos inmensos, el silencio es aparente, lo sabe usted.
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