Mis piernas no son muy largas pero camino a zancadas, pasos firmes y compás en la cadera; el balance está en los brazos –que sacudo por defecto-.
Marcho ondulada, la espalda erguida y la mirada impasible; ocasionalmente espío a los ojos extraños.
Tic tac hacen mis zapatos de tacón de niña, a veces me tropiezo, me paso los semáforos corriendo y a saltitos.
La muerte me seduce sólo por el placer de acercarme a ella viviendo.
Usted puede asustarse por esta pulsión letal que circula por mis venas, pero yo no pido tales sacrificios –no soy una mantis-, aunque unos minutos catalépticos de piernas entrelazadas nunca están demás…
Estas líneas llegaron como briznas a mis manos. No hay obituarios en las ventanas o en las puertas.
Beso hojas de papel diamante, sueño escrituras cuneiformes y destrozo los retazos de una vieja tela color violeta.
Marcho ondulada, la espalda erguida y la mirada impasible; ocasionalmente espío a los ojos extraños.
Tic tac hacen mis zapatos de tacón de niña, a veces me tropiezo, me paso los semáforos corriendo y a saltitos.
La muerte me seduce sólo por el placer de acercarme a ella viviendo.
Usted puede asustarse por esta pulsión letal que circula por mis venas, pero yo no pido tales sacrificios –no soy una mantis-, aunque unos minutos catalépticos de piernas entrelazadas nunca están demás…
Estas líneas llegaron como briznas a mis manos. No hay obituarios en las ventanas o en las puertas.
Beso hojas de papel diamante, sueño escrituras cuneiformes y destrozo los retazos de una vieja tela color violeta.
2 comments:
Recién me entero de tu regreso a la ciudad de la Eterna Primavera, mujercita.
Te deseo el mayor de los éxitos en esta nueva etapa y aprovecho para recordarte uno de mis besos etéreos.
Un abrazo,
John Doe.
Gracias desconocido!
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