La mirada perdida, el tedio y la rabia; tanto momento fallido y este naufragio que me corre por las venas.
Noche de llanto a mares, mañana autómata y sin sentido; el despertar y levantarme de la cama un esfuerzo supremo.
No quiero hablar más. El poema de Roberto Juarroz a continuación ilustra suficiente:
Noche de llanto a mares, mañana autómata y sin sentido; el despertar y levantarme de la cama un esfuerzo supremo.
No quiero hablar más. El poema de Roberto Juarroz a continuación ilustra suficiente:
NO TENEMOS UN LENGUAJENo tenemos un lenguaje para los
finales,para la caída del amor,para los concentrados laberintos de
la agonía,para el amordazado escándalode los hundimientos irrevocables.¿Cómo decirle a quien nos abandonao a quien abandonamos que agregar
otra ausencia a la ausenciaes ahogar todos los nombresy levantar un muro alrededor de cada
imagen?¿Cómo hacer señas a quien muere,cuando todos los gestos se han
secado,las distancias se confunden en un
caos imprevisto,las proximidades se derrumban como
pájaros enfermosy el tallo del dolorse quiebra como lanzaderade un telar descompuesto?¿O cómo hablarse cada uno a sí mismocuando nada, cuando nadie ya habla,cuando las estrellas y los rostros
son secreciones neutrasde un mundo que ha perdidosu memoria de un mundo.Quizá un lenguaje para los finalesexija la total abolición de los otros
lenguajes,la imperturbable síntesisde las tierras arrasadas.O tal vez crear un habla de
intersticios,que reúna los mínimos espacios
entreverados entre el silencio y la palabray las ignotas partículas sin
codicia.
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