Tuesday, December 05, 2006

Maquinista

Lucidez de media noche, desvelo de ajedrecista.
Lo que comienza como un largo tajo en medio del pecho, termina con una leyenda simple untada de ojeras y ansias pospuestas.
Mas no hay demoras, los relojes jamás detienen su marcha, y no seré yo quien los persiga para jugarles tretas.

2 comments:

Anonymous said...

Mi vida es una verdadera demora. Todo lo que es existir, para mi, es procrastinar el momento decisivo. Los ajedrecistas saben de ello. Usted sabe de mis demoras, y yo se de su esplendida lucidez.

Besos!

(JC)

Anonymous said...

Toda demora está justificada por lo minucioso del detalle.
Besos Señor!