Wednesday, December 27, 2006

Arribo

Las 9 horas fueron 10, todas dopadas gracias a la pastillita para las nauseas.
La señora del lado me hablaba, yo no quería ser descortés pero tampoco podía mantener una conversación por el sopor.
Panorama: Platanares, guayacanes, río Magdalena y ganado. Un paradero polvoriento y un calor insufrible
Al final de la tarde me recibió el páramo que antecede a la sabana de mi alma, nubes grises, eucaliptos y pinos, montañas azuladas.
Mi ciudad no cambia, yo si.
Estoy agotada, necesito sentir el corte de los días, el año abriéndose de posibilidades.
No más discusiones trasatlánticas, no mas ignominias.
Nada de flagelación.

2 comments:

Anonymous said...

¿a quién le cuentas estas cosas maja? Te imagino niña; revolcándote en un charco de juegos;juegos que se tejen punto a punto con una voz suave que el volumen de tu descaro deja escapar. Una niña desnuda.

Anonymous said...

Mja, es tan simple recobrar el romanticismo. Lo dificil es hacerlo extensivo. No quedarse babeando. Maja, no miento al decirte que en mi recide la locura. Han pasado demasiadas trágicas anécdotas, maja; el trabajo reblandese. Hoy si alguien vapulea mis afectos lloro. Anhelo sopor, maja, sopor; el que dices tener aquí.
Galo