Sentada al lado de la puerta -habiendo tocado infinitamente y despertado a los vecinos-; el cuerpo encogido auto-abasteciéndose de calor y distrayendo al hambre a las 3 de la mañana. Mi hermano comatoso respondiendo una hora después al llamado.
Más sobria que nunca entre tanta celebración etílica/navideña de la ciudad, más fuerte el caminar entre los transeúntes confundidos con el asfalto, más centelleantes los ojos y más alado mi amuleto.
El azar no cierra las puertas, se hace el dormido.
La música y las presencias gratuitas me hablaron de su vida escondida y sus movimientos nocturnos, no su voz.
Son mis juegos preferidos: los acertijos, persecutor y perseguido.
Más sobria que nunca entre tanta celebración etílica/navideña de la ciudad, más fuerte el caminar entre los transeúntes confundidos con el asfalto, más centelleantes los ojos y más alado mi amuleto.
El azar no cierra las puertas, se hace el dormido.
La música y las presencias gratuitas me hablaron de su vida escondida y sus movimientos nocturnos, no su voz.
Son mis juegos preferidos: los acertijos, persecutor y perseguido.
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