De vuelta. Sonriente.
Mucho que contar.
Mi estadía en la sabana capitalina fue excelente. Inmensa la ciudad, los rostros indiferentes que tanto me gusta mirar, el caos del tráfico y el frío…. Muy yo, muy mis raíces.
Hace mucho no me hacía una con el panorama; imposible en otro lugar, soy la hija de
Mis hermanas ya grandes e independientes, pero igual, pequeñitas a mis ojos como cuando era su niñera.
Maximiliano enfermito y consentido, don canino con delirios de felino. Creí que después de un año no iba a reconocerme, pero familia es familia!!!
Camaradería, recuerdos y muchas muchas fotos para documentar los encuentros.
Fácil se deambula entre el afecto, allí donde no hay que explicarse.
Manos sacras para este cuerpo profano.
Le regalo un suspiro por amarme durante un instante.
El océano se apresuró a separarnos.
Hoy respiro mi confortable infierno personal y pienso en usted, en como logró devolverme la piel en 7 días. Pienso también en toda la libertad impresa en cada beso que nos dimos.
Muy bonito extrañarlo sin que me haga falta.
Despidámonos entonces.
Que el retorno ya se dejó notar con remesones: un mensaje y una llamada de ayer fueron las señales.
Que se venga pues, (el otro) usted, acompañado del destino y su peso en mi vida…
Que abracé a árboles, hombres y mujeres… y me siento llena de energía!!!!
El pulso está firme y mi corazón lleno, y allí donde me busque con toda su oscuridad yo lo cegaré con esta luz… y si se deja (una hipótesis apenas porque no lo hará)... con nuevos besos.
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