Tuesday, September 26, 2006

Lapsus

Tal vez sea la lectura de Onetti, o la voz clarita de la cantante francesa que le da banda sonora a mi día, tal vez sean mis hormonas tramposas, o simplemente que los besos y los abrazos volvieron a ser apenas un recuerdo manoseado… tal vez sea todo o tal vez sea nada; pero hoy, mi querido y confuso ausente, quisiera topármelo en la calle y darle un gran abrazo.
Me cubro con la banderita blanca y le pido a la fortuna que interceda por nosotros, que nos dé un chance para sonreír, ya no amarnos pero al menos recuperarnos el respeto, conversar sobre acentos inverosímiles o cualquier otra cosa diferente al frío impuesto por tantas horas de rencor. Apoderarnos de la ciudad y la noche armados de hilaridad.
Mozalbete impertinente, loquito perdido, dulcecito de Señor ¿puede creer que aun después de su crueldad me queda ternura para darle?
Que orate que soy, tonta, tonta… tontita mujercita con su tontito vestigio de amor por un graaan tonto.
Esa es toda la verdad, mi nostalgia tiene su nombre y de no ser por el anonimato que prima, lo escribiría mil veces.
Sólo aquí quedará mi confesión, jamás lo traerá el camino hasta mis dominios, ay! de mí si lo hiciese, cuanto al descubierto, cuanta burla…
Bla, bla, bla, otra vez rumiarlo.

2 comments:

Suite said...

Para mi el camino del error es el camino del deseo. Si se pone usted a escuchar sin escuchar, ese disco o ese ruido poroso, sin dejar de recortarse de ese trasfondo de papel diamante, es que usted esta cautiva de ese brillo de luna.

(Agradezco su visita a mi blog y su calido comentario, se lo agradezco)

Un beso, dama...

María Auza said...

Soy un reo que logró escapar, pero fue tal el cautiverio.. que no sabe que hacer con la libertad.
Un beso Señor Elocuente, en cuanto a la visita, debo confesarme una lectora asídua de sus letras.