Mañana de agujas y espéculos y los desagradables chequeos de rigor. Me duele el brazo, no miré la sangre salir, me dio mareo, me temblaron las rodillas –niña abra más las piernas y relájese porque sino le duele más-. Quien puede relajarse con un aparato de metal como invasor por dios!!! Mejor jabón en la espalda y dulce de guayabas y manzanas.
Los días han perdido el tinte anémico –al menos por esta semana-; giro como en ronda infantil, quien sabe a qué velocidad, a quien le importa.
Oscilante y patriota, bañada y desvestida. Tranquila.
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