Tuesday, December 27, 2005

Despedida y lujuria en el camino

… Y al fin lo hizo, se ha ido. No quiere oír una sílaba más que venga de mi boca, no cree tener nada más de que hablar conmigo; el señor sorpresa, víctima de su ego inmarcesible dijo: –apague y vámonos. ¿Y cómo me siento yo? Pues bien, es extraño este vacío, y aun más el saber que ya no podía hacerse nada más; así el error haya sido esta vez de mi parte al no tolerarlo, él me demostró lo unilateral que todo era e iba a ser siempre… imposible continuar supeditándome a su voluntad, imposible reconocer en él al tan aborrecido macho troglodita y seguir forzando mi corazón en esa empresa.
No niego que la culpa en mayor o menor medida está aquí… como diría el buen Vladimir Nabokov:
“Hay mucho retorcerse de manos en las tinieblas del remordimiento, en la mazmorra de lo irreparable”. En todo caso… sólo ahogaré suspiros, me abstendré de usar el teléfono, soltaré las manos insípidamente.


-Y al otro lado, del espejo-
Perfecta textura
Besos de cadencia magistral
Temblar, sentir temblar, hacer temblar
Palabritas bonitas y sucias al oído, clímax de ojos entreabiertos
El descubrimiento de un mundo nuevo, más puro y sublimado en su esencia…pero tortuosamente excitante, paradójicamente lujurioso…

Qué más puedo decir?
No será mi destino, pero al menos es un buen tramo de este camino, y minimiza el desconcierto de la otra pérdida.

A veces las salidas, o las entradas, llegan de donde menos se esperan; a veces lo simple, es necesario… y en secreto, a puertas cerradas, llega incluso a ser mágico.


Hoy, desde la fábrica de imágenes que me emplea; mañana, igual porque trabajaré sin descanso.
Escucho:
Un revuelto de música: mala emisora y algo parecido a jazz.

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