Pero es que no me aguanto y más bien cambio el silencio de radio por una que otra palabrita.
Hablar por ejemplo de mi cama que ahora es la suya, y las sábanas y las almohadas, de esa ventana por donde ambos miramos agotados y exultantes de besos. De usted, mi muchacho de agua y tardes cinéfilas, de su glorioso pelo revuelto y su boca caníbal.
5 comments:
El "Silencio de Radio" no abarcaba blogs o llamadas. Apréndase las normas, soldado. No puede estar por ahí arriesgando la integridad de la tropa por caprichos.
Tengo hambre y ya me toca pagar la renta.
Estoy muy tragado de usted, niña que salta charcos.
Quereis venir a una fiesta en mi casa hoy en la noche?
Que cantidaaaad de voces!!!!!!!!! Creo que hay interferencia en la señal... besos al botón!
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