Volver a los días cansados de la semana laboral, al café que me prohibió el iluso del médico, con obligaciones de más, con menos horas de sueño y los remanentes de una de esas clásicas virosis capitalinas.
Las noches a veces molestas, la quietud con cara de augurio, suspendida como una bailarina dentro de cajita de música, oídos sordos y ojeras grises dando vueltas en la cama.
1 comment:
veia sus fotos
tan palida
como para soplarla
siempre tan ilustre
tan linda
siempre volviendo
nunca dejandola atras
un beso desde abajo
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