Mi cuarto azul, mis medias de lana, audífonos en la oficina y el mueble de los tesoros.
El tiruriru tururiru turiruriru que suena sagrado y copioso.
Una toalla alrededor de los hombros, no vayas de pronto a caer en combate estelar.
Gracias te damos señor por el regalo de la incoherencia y la ilusión de las frentes tostadas al sol de una caminata en la tarde.
Te voy a inundar un momentito, bueno?
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