Así están las cosas. Aun no tengo un mínimo de motricidad gruesa, los objetos se me caen de las manos como si tuviera dedos de mantequilla. Lo de culpógena nunca se fue, ni en los detalles más minúsculos. Ya tengo algunas arrugas y quejas de más.
Ésta es la cara de los 28 años, la que en las fotos se traga una década pero en persona no tanto. La de los elefantes boquisueltos, la desfachatez de quitar y poner y las gastadas pesadillas infantiles.
2 comments:
qué atrevida!!! estos chicos de ahora!!! jajaja... es chiste, claro... te ves hermosa... yo tuve 28 y creo entender algo, un poco, de lo que hablas... salud maja. ande ud. bien.
Muchas gracias!!! felizmente son buenos días los últimos.
Saludos!
María
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