Siempre tuve más fe en las contraportadas que en las portadas de los libros, que en el mismo interior descarnado del libro. Había en mí una esperanza ciega de encontrar allí verdades de ojos, ausencia decidora de palabras, esas cosas que a ratos ni en las mismas páginas encajaban.
2 comments:
Eso de empelotarse por impulsos textuales y no por amor...
Por impulsos textuales, por amor, para ir bañarse, para quitarse el calor de encima...
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