Y no conté al fin, desconté más bien. Salí ondeando las manos, creyendo que el sur me sería ameno, como un buen viaje de cronopio.
Y ahora, luego de ver las caras serranas, de sentir la niebla ajándome la piel, la academia devanándome los sesos… como que no sé, aun no descifro que vine a hacer aquí y si de verdad pertenezco, si merezco a los grandes catedráticos y las charlas… no sé. Como que me siento hecha de un material más simple, de algodón y manchones de pintura, de trazos a lápiz, de cartón y aserrín.
Y ahora, luego de ver las caras serranas, de sentir la niebla ajándome la piel, la academia devanándome los sesos… como que no sé, aun no descifro que vine a hacer aquí y si de verdad pertenezco, si merezco a los grandes catedráticos y las charlas… no sé. Como que me siento hecha de un material más simple, de algodón y manchones de pintura, de trazos a lápiz, de cartón y aserrín.
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