Pronto dejaré a un lado el tono laberíntico de este blog para contar que está pasando, y lo haré por supuesto cuando sepa exactamente las condiciones del cambio taaaan grande que se viene encima para mi vida.
Que puedo decir mientras tanto: que soy feliz, que me voy del país a hacer algo que siempre soñé, que ayer entregué mi carta de renuncia y el gozo que llegué a sentir puede ser comparable al mejor de los orgasmos botonianos.Hoy sin duda la brisa y el cielo azul de Medellín me saben a gloria, la sonrisa no se me desdibuja de la cara y aunque he dormido muy poquito no estoy cansada. Me queda esperar a que el asunto se concrete y agradecer a todo ente divino que haya participado en el desarrollo de los eventos, debe haber algo arriba para que en un año haya metamorfoseado tanto.
Insisto: Soy feliz, gracias al universo por mirarme con benevolencia.